El calentamiento global, también conocido como cambio climático, es un fenómeno que preocupa cada vez más al mundo, ya que su avance está modificando cada uno de los aspectos naturales del planeta Tierra, con nefastas consecuencias a corto y largo plazo.
Para explicarlo de manera simple, se trata del creciente aumento de la temperatura terrestre a causa de la excesiva liberación de dióxido de carbono y otros gases que actúan atrapando el calor de la atmosfera.
De esta manera, con cada emisión se va formando una gruesa capa de gases que atrapa el calor del sol direccionándolo directamente sobre la superficie terrestre. Año tras años las actividades humanas que generan estos gases aumentan, haciendo aumentar en el proceso el calentamiento del planeta.
Los gases que ocasionan este fenómeno, tienen lugar cuando se quema el combustible fósil de los automóviles, las fábricas, las plantas de energía, etc… La poca defensa del planeta se ocasiona a su vez por la pérdida de bosques, agricultura y la creciente deforestación.
¿Cómo solucionar el problema del calentamiento global?
Podemos detener las peores consecuencias del calentamiento global si logramos que las fábricas sean más eficientes, que los hogares y las oficinas reduzcan el desperdicio de energía y que se fabriquen automóviles con mayor rendimiento de gasolina y que usen tecnologías más limpias.
Si no hallamos una solución dentro de los próximos 10 años podría ser demasiado tarde.
Existen cuatro estrategias que, en conjunto, pueden lograr el objetivo.
1) Aumentar la eficiencia energética. La clave para solucionar el calentamiento global tiene que ser la eficiencia energética. Sabemos fabricar focos, refrigeradoras y hasta edificios que usan un 80 por ciento menos de energía que los de diseño convencional. Y cada kilovatio hora que no usamos significa menos contaminación.
2) Fabricar mejores automóviles. Los mejores híbridos ya en uso disminuyen la contaminación causante del calentamiento global y consumen un 50 por ciento menos de combustible que los vehículos convencionales. Cada año se diseñan nuevos híbridos más eficientes y cada vez sus baterías son más económicas. Muy pronto podremos tener a nuestro alcance híbridos que pueden recorrer 30 ó 40 millas con electricidad antes de que requieran gasolina. Podemos reducir nuestra sed por el petróleo aun más si animamos a las empresas constructoras a que diseñen comunidades que permitan que caminemos en vez de usar nuestros autos.
3) Acudir a la energía renovable y a los biocombustibles. La energía renovable es ventajosa para las empresas, competitiva en cuestión de costos y está lista para atender un segmento importante de las necesidades energéticas del país. Cada año la energía proporcionada por el viento (eólica) aumenta un 30 por ciento, lo que la convierte en la opción de suministro con mayor crecimiento en los Estados Unidos. Y los biocombustibles, como el etanol hecho de maíz, de pastos salvajes y de cañas de maíz, pueden atender una fracción creciente de nuestras necesidades de combustible.
4) Eliminar el carbono de los combustibles fósiles. Entre los combustibles fósiles el carbón es el que tiene mayor contenido de carbono. La reducción en el uso del carbón mediante la eficiencia energética y las tecnologías de energía renovable constituye la solución clave al calentamiento global. Sin embargo, lo cierto es que en los próximos años probablemente se construyan centenares de plantas eléctricas a base de carbón en todo el mundo. Debemos insistir en que estas nuevas plantas usen tecnología innovadora que elimine y almacene el carbono de una manera segura. California ha marcado la pauta en este sentido al exigir que cualquier planta nueva que se construya no emita más contaminación que cause el calentamiento global que una unidad altamente eficiente basada en gas natural.
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